Querataro, Mexico
Viena
Los rodriguez
Bagan, Birmania
Teatro
Cuevas colgantes, China
Telefonica Data en Sao Paulo
Kerala India
Yellowstone, USA
Plaza de Tian an men Pekín
Lago Imle Myanmar
Euroteam, Hungría
Nilo Azul Etiopía
Esfinge, El Cairo
Presentación Posdata
Rajpur India
Praga
Japon
Glaciar, Argentina
Teatro
Budapest
Oxaca, Mexico
Siria
Islas Galápagos
Tailandia
Yellowstone, USA
Bryce Canion, USA
Florencia
China
Los medranitos
Telefónica Formación
Obra de teatro "Los ladrones somos gente honrada"
Mentoring Pinardi
Alcalá de Henares
Curso superior de coaching ejecutivo, abril 2013
India del Sur, mercado
Muralla China
En la cima del M. Fuji, Japón
Fedepe, entrega de premios
Vicenza
BLC C&M
El Cairo, pirámides
Reunion HC
TTD
Mariachi en la boda de Pe
Venecia
Monte Alban, Mexico
Costa Rica
Venecia
Birmania
Nochevieja en Quito
Lencois del Marañon Brasil
El Nilo
Querataro, Mexico

EL LIDERAZGO DE CLAUDIO ABBADO

Claudio Abbado asumió la dirección de la Orquesta Filarmónica de Berlin, una de las más prestigiosas del mundo, sustituyendo a Karajan, un director que podría ser clasificado como carismático aunque otros podrían considerarlo como autoritario.

Abbado sentía una gran pasión por la música clásica en sus diferentes modalidades y en Berlín llegó a ser emblema de la ciudad tras la caída del muro.

Esa pasión le llevaba a una tremenda inquietud por innovar, descubriendo e interpretando obras casi desconocidas pero sobre todo a arriesgar por desarrollar talento joven.

Su entrega a la dirección en una persona que podría ser denominada como tímida y poco expresiva, le hacía mostrarse arrollador en el podio con un lenguaje corporal donde las manos, los brazos y todo su cuerpo indicaba la emoción que sentía, y esa emoción la transmitía a los músicos también con su mirada.

Estaba convencido de que junto con sus pares, los profesores de la orquesta, tenían que buscar la complicidad de la audiencia con el fin de ganársela y seguir fomentando su amor por la música.

Su relación con los profesores, muchos de ellos auténticos virtuosos de sus instrumentos, era de cercanía y humildad, se negaba a que se dirigieran a él como maestro y pedía que le llamaran por su nombre, Claudio.

Más que dar órdenes exhibía una actitud pedagógica de empatía y trataba de resolver las desavenencias musicales fomentando la escucha de unos músicos con otros.

Mantuvo una vertiente social muy importante tocando en fábricas y sobre todo en el desarrollo y apoyo a orquestas juveniles como la experiencia venezolana de José Antonio Abreu y el joven director que hoy le llora Gustavo Dudamel.

Descanse en paz y sea recordado en la memoria de mujeres y hombres de todo el mundo, amantes de la música y la solidaridad.