Del chaman al coach: genealogía del coaching
LA PRE-MODERNIDAD
Las relaciones de ayuda
Los vínculos entre el trabajo de un coach y la amistad son antiguos.
Los antiguos usaron los oráculos, los chamanes y los guías espirituales de muchas formas, todas ellas predecesoras de los roles actuales de ayuda profesional: el cura, el terapeuta y el coach.
En la vida monacal durante la alta Edad Media se produjo un movimiento hacia lo individual y la auto-reflexión, hacerse contemplativo y aprender de sí estudiando los propios pensamientos y actos, algo que más tarde se fusionó con las ideas modernas de ser mirado por nuestra conciencia o nuestro superyo.
El ejemplo temprano de las relaciones diádicas de ayuda, es el de los padres del desierto que ofrecían apoyo espiritual a muchos de los que llegaban buscando guía; los monjes en primer lugar escuchaban, algo común con los coaches.
Los gremios eran los cuerpos institucionales formales que regularon el aprendizaje. El mentoring era una habilidad informal; un maestro debía mentorizar a sus aprendices, haciendo un oficio del arte de aprender.
LA MODERNIDAD
Expertos, herramientas y tecnología
Para Giddens tanto la modernidad como la civilización industrial, van asociadas con:
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Un conjunto de actitudes hacia el mundo abierto a la transformación
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Un complejo de instituciones económicas, en particular la producción industrial y la economía de mercado
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Una cierta gama de instituciones políticas que incluyen el estado-nación y la democracia de masas.
La modernidad consiguió, mediante la ciencia y el racionalismo, amplias ganancias sociales como la sanidad, la urbanización, las instituciones democráticas, los estados nación y la producción masiva de bienes esenciales, haciéndolos más accesibles.
Pero también trajo guerras mundiales con armas de destrucción masiva, grandes daños ambientales, y su impacto en la psique individual y colectiva aportaron más capacidad de elección y libertad individual a expensas de una mengua de la libertad comunitaria y un aumento de la alienación.
La amistad moderna
A medida que el colectivismo disminuía, el individualismo y las relaciones diádicas crecían. La familia nuclear remplazó a la familia extensa, mientras que los lugares tradicionales de apoyo como la iglesia, perdieron adeptos.
En este contexto, la pareja de marido y mujer asumió una nueva intimidad como lo hicieron las amistades, de modo que la amistad se comenzó a valorar sobremanera, siendo también una fuente para encontrar sentido a la vida.
El sujeto moderno buscó encontrarse a sí mismo en otras personas ‘especiales’, abriendo camino para otras relaciones diádicas íntimas mediante los profesionales de la ayuda: médicos, enfermeras, consejeros y coaches.
El ‘triunfo de lo terapéutico’ significó que los amigos se convertían en psicólogos personales pop y socios en confesiones mutuas.
El rol de la amistad contemporánea se solapa con el rol del coaching al proporcionar un espacio conversacional, un espacio para dar sentido y un proceso psicológico de descubrimiento del yo en relación íntima con el otro, lo que quizá pueda explicar el éxito del coaching.
El cura del alma moderno
Se ha apoyado en la nueva religión de la ciencia.
Resultados de la modernidad fueron la división social del trabajo y el surgimiento de especialistas, expertos en management y psicólogos, floreciendo los profesionales Psi.
La ambición de Freud era muy modernista: encontrar una explicación racional para los aspectos irracionales y emocionales de nuestras vidas. Asi el psicoanálisis fue un análisis del alma en su sentido más amplio.
Carl Rogers desarrolló el counselling centrado en la persona y en el no directivismo, con gran impacto en el coaching al ofrecer ideología y método.
El ámbito moderno del trabajo
Dos impactos de la manifestación moderna del directivo:
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El directivo proporcionó al coaching un grupo social con el que trabajar pues muchos de ellos sintieron falta de control y/o que la ciencia y el racionalismo no era su salvación.
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La ideología y la cultura del management se infiltraron en el coaching.
El coaching se centra en aspectos positivos de la naturaleza humana, inspirando esperanza y cambio en vez de centrarse en la patología o en los modelos médicos.
La fórmula básica del coaching es una continuación del proceso de conversación sanadora, esto es, los clientes hablan y el experto coach escucha, ofreciendo dar sentido e insights y quizá intervenciones ‘expertas’.
El lugar de trabajo ha cambiado para la mayoría de la gente, de un lugar de trabajo manual a un lugar de trabajo cognitivo y emocional donde prevalecen las habilidades soft del management y donde la subjetividad y las emociones importan más que nunca antes.
LA POSMODERNIDAD
El coaching híbrido
El yo posmoderno está fragmentado en vez de ser una unidad, y en continua re-elaboración, nunca está formado del todo.
El mundo está plagado de hiper-comunicaciones y de relaciones entre organismos cibernéticos donde máquinas y humanos interaccionan conjuntamente.
Nuestros cuerpos tienen máquinas y materiales insertados, como p.e., los marcapasos, los implantes de cóclea o de pecho con microchips. Nuestros cuerpos tienen también extensiones técnicas en forma de prótesis, laptops y móviles que nos permiten comunicarnos virtualmente con otros.
Asi la postmodernidad es un lugar de mundos plurales que interactúan simultáneamente donde coexiste lo real con lo virtual, y vivimos en una hiper-realidad como una Disneylandia.
El escepticismo domina como ideología, ante las grandes teorías narrativas clásicas, concluyendo que no hay acuerdo universal sobre las creencias ni una única teoría capaz de explicar todos los fenómenos sociales.
La organización posmoderna
Los límites son difusos, el mundo es ‘des-construido’ y las organizaciones son sistemas y redes complejas. El yo y la identidad siempre en proceso de llegar a ser. El género es una noción ‘inestable’ puesto que además de ser un ‘hecho natural’ es también una ‘actuación cultural’, afectada por los discursos sociales y las relaciones de poder. El yo es nómada y siempre en transición migrando por entre redes.
El coaching y el mentoring trabajan en este lugar de la post-modernidad, aunque la mayoría de los profesionales del coaching, de las escuelas de negocios y de la academia permanecen aún en el ámbito de la modernidad.
La amistad postmoderna
La amistad es vital en un mundo fragmentado; las amistades nuevas y en expansión son el contrapunto a la retórica sobre la decadencia de la comunidad.
La vida posmoderna demanda nuevas amistades y nuevas relaciones sociales, lo que ayuda a explicar el auge del coaching, los amigos son más importantes que nunca y nos permiten adaptarnos a los otros, tener intimidad a la vez que mantener la autonomía nómada. Esto se muestra en la audiencia de famosas series de TV como Friends (5,2 millones solo en USA) o los 600 millones de usuarios activos diarios de Facebook en todo el mundo.
La amistad adopta muchas formas, puede ser profunda y ligera, eterna y pasajera, real y virtual, cercana y distante.
El coach imita esta ‘relación autónoma’ de la amistad, permitiendo la intimidad en condiciones autónomas. El coach es un experto al que podemos revelar nuestra vida y experiencia internas, compartir ansiedades y miedos, sueños y éxitos, pero también podemos no verle durante semanas o abandonarlo cuando queramos.
Los curas posmodernos
Los terapeutas New Age, los sanadores naturales, los espiritualistas, los consejeros y los coaches (sobre todo los de life coaching), dominan el campo sustituyendo al chamán premoderno y al sacerdocio, desafiando al cura moderno secular.
La nueva espiritualidad se mezcla con tendencias psicológicas y narcisistas que proclaman la apertura del yo, aunque de hecho lo cierran, reforzando su atomización, en vez de estar en relaciones sociales interdependientes con otros. Los críticos dicen que este life- coaching refleja el consumismo capitalista que ofrece ‘elige tu espiritualidad en el mercado del yo’ o ‘crea tu propia religión narcisista personalizada’.
El nuevo evangelismo secular
Hay un creciente nuevo movimiento en busca de la felicidad y del bienestar que mezcla los enfoques científicos de la psicología con la espiritualidad New Age al interpretar cómo ser feliz.
La psicología positiva proclama su estatus científico separándose en realidad de la psicología, centrándose en el yo herido y en cómo apoyar a los individuos a ser más felices, aumentar su bienestar y a celebrar el yo.
Seligman, el gurú del Movimiento por la felicidad, ha cambiado recientemente y ahora critica el término felicidad para promover la idea de ‘floreciente’, que incluye la felicidad (o emoción positiva) junto al Compromiso, la Relación, el Significado y la Realización, los bloques que constituyen una vida plena.
Este tipo de coaching se da en USA y va en aumento en UK, donde políticos como David Cameron se han hecho fans del club de la felicidad.
El lugar de trabajo es también un lugar donde aumenta el interés por el bienestar, para contrarrestar quizá el coste del estrés o la pérdida de implicación de los empleados. El individuo posmoderno americano consume tratamientos, coaching, curación, revistas de autoayuda y la sabiduría de Oprah Winfrey.
El objetivo es encontrar el yo verdadero, conseguir la realización del yo, sentirse satisfecho y ser feliz.Hay dimensiones positivas en la New Age, el potencial para ir más allá de la ideología dominante del consumismo, proporcionando nuevas formas de compromiso, de comunidad, de identidad colectiva y de experiencia compartidas.
Son formas híbridas de psicología y espiritualidad, nuevas iniciativas para formar comunidades e identidades, vinculadas a la sostenibilidad y al movimiento verde, donde se privilegia la compasión y el cuidado, la naturaleza y la belleza, proporcionando importantes anclajes.